VALORES A INCULCAR EN LOS JÓVENES

 En esta ocasión, de nuevo os ofrecemos una entrada en la que se siguen las directrices del sociólogo Javier Elzo. Para esta entrada, hemos usado el apartado Siete valores a inculcar en los jóvenes. Sin embargo, por respetar espacio y por considerarlos los más interesantes, hemos seleccionado cinco valores que, a nuestro parecer, pueden ser los más útiles.

  1. La competencia personal

Es el principal legado que los padres van a dejar a sus hijos: que sean autónomos, que sepan abrirse camino en la vida, que puedan volar con sus propias alas, que no dependan de los demás más allá de lo lógico, etc. Es decir, que tengan la capacidad de enfrentarse al mundo de manera firme.
Aunque, ¿qué quiere decir competente? El autor vertebra la competencia en dos claves: lograr una estructura psicológica armónica y tener las capacidades intelectuales que le permiten entender y orientarse en el mundo. También ofrece otros dos supuestos que deben darse para que la competencia personal se lleve a cabo: crecer en una familia bien asentada y que los hijos tengan una buena educación.
Además, Elzo añade que ser competente hoy en día significa saber manejar las herramientas informáticas y lingüísticas apropiadas. Nos dice que quien no controle las herramientas informáticas se convertirá en ciudadano de segunda clase.

    1. La racionalidad

Elzo nos invita a salir del ámbito de la opinión, de la mera declaración de intenciones, para pasar al ámbito del diálogo. Nos empuja a él, pidiendo más contraste en las informaciones, menos declaraciones, menos lucha dialéctica. Según él, las generaciones anteriores se han perdido el la racionalidad extrema, en la validez de los hechos sólo si están científicamente probado. Sin embargo, apunta que nuestra generación se encuentra en el extremo opuesto. En la actualidad, nos vale sólo con la emoción del instante para dar por válidos los criterios. Es decir, opinamos de corazón, y no de razón, y Javier Elzo considera que habría que tener en cuenta ambas.

    1. El dinero como valor y el valor del dinero

En este apartado, el autor hace una diferencia entre el dinero como valor y el valor del dinero. Según él, con el «valor del dinero» nos referimos a saber lo que cuesta ganarlo, y con el «dinero como valor» se quiere decir que entre las prioridades de la vida estaría el dinero, la posesión del mismo. Para Elzo, los jóvenes españoles tienen una capacidad económica equitativa a pesar de la capacidad económica que tengan sus padres. Es decir, los jóvenes consumen de media 40€ a la semana, con una variabilidad mínima entre los jóvenes de clases pudientes y los de clases más bajas. También nos señala que, cuanto más dinero disponga el joven, más proclive será al consumo de drogas.

Asimismo, los jóvenes españoles, junto a los italianos, son los que más tardan en emanciparse. El autor hace referencia hechos objetivos y subjetivos para explicar este fenómeno. Objetivamente, la carestía de la vivienda y el uso del trabajo temporal hacen realmente difícil la independencia de nuestros jóvenes. En los hechos subjetivos, alude a un componente cultural, es decir, a que a los padres de estos países les cuesta que sus hijos se vayan de casa y a que los jóvenes se sienten cómodos en sus casas porque les sale más barato, por lo tanto, alargan hasta el extremo su estancia en ellas.
    1. Tolerancia y permisividad familiar

Según Elzo, bajo la etiqueta de tolerancia tan sólo hay permisividad o dejación de responsabilidades. Los jóvenes han crecido en una infancia dulce, sobreprotegida, con más recursos materiales que los demás jóvenes de otras generaciones. Además, no han sido educados en la importancia del sacrificio para obtener las cosas. Es decir, hemos creado una sociedad de derechos sin el correspondiente correlato de deberes.
Hemos hecho una sociedad individualista, con su vertiente positiva y negativa. Por un lado, supone la voluntad de adoptar planteamientos propios, hay voluntad de no ser rebaño. Por otro lado, hemos creado una sociedad en la que sólo importan las acciones individuales mientras se respete la ley, es decir, una sociedad insolidaria.

    1. La necesaria intolerancia y la autoridad responsable

Para combatir esto, Elzo nos habla de tolerancia activa y tolerancia pasiva. La primera se refiere al respeto profundo a la diferencia, a los proyectos del «otro». La tolerancia pasiva equivale a indiferencia, es la aceptación del término tolerancia que significa indulgencia.
La solución a esto es ser autoritario, a pesar de la mala prensa que puede tener esta afirmación. Para Elzo, no hay sociedad equilibrada sin autoridad. Además, cuando habla de intolerancia, lo habla para ser intolerantes ante: la la exclusión social en razón de la raza, etnia, género, religión o proyecto político. También hay que ser intolerantes ante la permisividad reinante en muchos de nuestros hogares, ante la indisciplina reiterada en muchos de nuestros centros docentes, antes los actos vandálicos, antes determinadas manifestaciones violentas...

 

Comentarios

  1. Me parece muy interesante este punto y sobretodo la relación entre sus apartados. Porque relacionamos la sobreproteccción hacia los hijos y a la vez el valor del dinero, cuando son los mismo padres quienes son los que les aportan a sus hijos estas facilidades. ¿Estamos creando una generación de dependientes? ¿ De quién es realmente la culpa: de los hijos o de los propios padres? Se ha creado un generación de padres demasiado permisivos que no saben como abordar cualquer problemática que se presente con sus hijos.

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