Para
empezar, debemos dejar claro que el éxito escolar se trata de un esfuerzo
conjunto, en el que no sólo participan alumno-profesor, sino que también lo
deben hacer el instituto y por supuesto, la familia.
Y
si te lo estabas preguntando, sí; Las experiencias exitosas de aprendizaje deben
empezar en casa. Es por eso que, cuanto más involucrados se encuentren los
padres en la educación de sus hijos, con mayor probabilidad los niños tengan
éxito en la escuela y en la vida.
Es
cierto que la tarea no es nada fácil, y que muchos padres se encuentran
perdidos en el camino de llevar a sus hijos hacia el triunfo académico y
personal. Por ello, y aunque sabemos que cada etapa educativa tiene sus
características especiales, les intentaremos recomendar algunas pautas de
actuación generales –si bien luego nos centraremos en el período de edad que abarca
la educación secundaria– con el afán de ayudarlos y orientarlos en el proceso:
Tras
estas pautas generales, ahora nos
centraremos en la etapa educativa que va de los doce a los dieciséis años (Educación Secundaria).
Intentaremos establecer puntos que dejen claro el cómo soy y el qué necesito
del adolescente:
Pero, ¿quién me proporciona todo eso que
necesito? Como hemos dicho al comienzo, la responsabilidad de la educación
de estos niños, no sólo recae en el binomio profesor-alumno, sino que también tiene
que ser inculcada mediante la colaboración de sus familias y del centro
educativo al que pertenezcan. De esta manera, el éxito escolar y personal estará
garantizado en mayor medida que si la coordinación entre ambos no existiese.
Bibliografía: Álvarez de la Chica, Francisco José, Guía de derechos y responsabilidades de las familias andaluzas en la educación secundaria
Me parece acertado, por supuesto, achacar la responsabilidad de los hijos tanto a la familia como a los profesores. Es cierto que los profesores además de enseñar materias deben educar, pasan con nuestros hijos un número importante de horas y se enfrentan cada día a ellos; por otra parte los padres son su punto de referencia en todo momento, y su responsabilidad para con ellos es incuestionable.
ResponderEliminarSin embargo siempre solemos olvidar, quizás porque es el plano más difícil de controlar, otros educadores vitales en la vida de los adolescentes: los medios de comunicación y las nuevas tecnologías. Y es que son un factor, al menos en la actualidad, más influyente que el resto en ocasiones. La televisión, internet, etc., lanzan a menudo mensajes carentes de valores, mostrando a menudo una realidad vacía y superficial nada aconsejable para personalidades que se están formando. Por supuesto, las nuevas tecnologías nos ofrecen numerosas comodidades y son una fuente fantástica de conocimiento accesible para todos nosotros, pero esta fuente de conocimiento continua puede tornarse peligrosa para una mente, como he dicho anteriormente, en formación. La información, los sentimientos o los valores que encuentren, pueden chocar de pleno con la educación de un profesor o de la misma familia. Creando un desentendimiento y frustración enormes tanto en el seno de la familia como en el aula.
Un arma de doble filo creada entre todos, y desde mi visión, importantísima tener bajo control todo lo posible.
Sin embargo, no debemos ver la educación de los niños tanto de padres como del centro por separado, sino integrarlo todo como uno solo. Realizando así actividades donde la familia también puede participar y donde los profesores conozcan a los familiares de sus alumnos. Para ello existe el Consejo Escolar y por supesto actividades extraescolares donde ambos puedan aprender de la experiencia.
ResponderEliminarPor desgracia, hoy y día aún existen muchas familias formadas por padres que no prestan la atención que necesitan a sus hijos tanto en el ámbito personal como en el escolar y esto queras o no, repercute en el alumno. Para ellos existen en los centros orientadores encantados de ayudar en estos casos, y profesonalmente cualificados.