En la sociedad de hoy en día nos encontramos ante la proliferación de medios que nos ofrecen la posibilidad de comunicarnos mucho más rápida y fácilmente que hace unos años. En este sentido, es conveniente destacar la importancia que ello ha tenido en el progreso de la sociedad actual, lo que también nos lleva a pensar en la educación como un factor esencial que se encuentra intrínsecamente ligado a este hecho y que además, contribuye a su desarrollo.
Hace tan solo unas
décadas, la influencia de la tecnología en la educación de los jóvenes de
entonces no era mínimamente comparable a la que tiene en nuestros tiempos; la
comunicación inmediata y la transmisión de información de forma casi instantánea
han hecho que cambie la manera tanto de educar como de transferir el saber.
La consecuencia de este desarrollo (debido en gran parte a los numerosos avances tecnológicos) en su versión menos positiva, no es otra que la carencia más que evidente de las comunicaciones interpersonales que encontramos entre los jóvenes, lo que afecta directamente a la relación con sus familias, alejándolos además un uso del lenguaje cada vez menos común con los adultos.
La consecuencia de este desarrollo (debido en gran parte a los numerosos avances tecnológicos) en su versión menos positiva, no es otra que la carencia más que evidente de las comunicaciones interpersonales que encontramos entre los jóvenes, lo que afecta directamente a la relación con sus familias, alejándolos además un uso del lenguaje cada vez menos común con los adultos.
Lo que hoy llamamos sociedad del conocimiento (que comienza con la década de los 90), podría haber sido la sociedad de la información a finales de los 80: Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, empezaron a tomar esplendor en aquellos años, y esto ayudó a la adquisición de información: cuanta más tenías, más importancia se te daba. Pero había un problema, y es que a pesar de que la mayoría de personas tenían acceso a ella, tenerla no garantizaba el conocimiento. Hacía falta procesarla e interpretarla otorgándole significado para llegar a él.
Ese paso de más que nos
hizo cambiar de un tipo de sociedad a otra, fue el de superar el concepto de
docencia y la forma de transmitir, en la que solo tenían cabida las clases magistrales, donde los jóvenes se
limitaban a coger esa información y volcarla en forma de apuntes en sus
cuadernos. Pero poco a poco, y a pesar
de que esto siga sucediendo, se va evolucionado hacia otra forma de
enseñar, en la que se pretende llegar a desarrollar las competencias del alumno
necesarias para su crecimiento personal y profesional. Se intenta evolucionar
hacia una sociedad de la innovación,
en la que el papel de la educación sea dinámico y no estático; formar a niños y
darles las herramientas para que en un futuro sean personas creativas y sepan
“trabajar” en distintos entornos, con personas de todas las culturas, en fin,
diferentes a ellos (lo que hoy se conoce como “knowmads”: trabajadores del
futuro, que hayan sido educados en la adaptabilidad del cambiante mundo que los
rodea).
Bibliografía: Elzo Imaz, Javier; Feixa Pàmpols, Carles; Giménez-Salinas Colomer, Esther, Jóvenes y valores, la clave para el futuro
Bibliografía: Elzo Imaz, Javier; Feixa Pàmpols, Carles; Giménez-Salinas Colomer, Esther, Jóvenes y valores, la clave para el futuro
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